Ir al contenido principal

Petirrojo

Hace una o dos semanas, al principio del Camino Largo, a mi izquierda, en el suelo, un petirrojo comía de un dátil caído y abierto. De repente, voló a ras de suelo y pasó como a veinte centímetros de mis pies (yo estaba quieto mirándolo): se dirigió hacia otro petirrojo que había a mi derecha y que yo no había visto; durante uno o dos segundos se enfrentaron como dos gallos de pelea, revoloteando en el aire a escasa altura, entrelazados. Se separaron, se quedaron posados en el suelo a poca distancia uno de otro cara a cara y uno de ellos, que parecía más pequeño, hizo algo muy curioso... Algún día me gustaría preguntarle a un ornitólogo, por curiosidad.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Me odian

porque prefiero mil medias vueltas finales de John Wayne a un salto de Falete:

Me odian

porque, al mismo tiempo, pienso .

Evolución

Leo que científicos del Instituto Max Planck de Microbiología Marina, en Bremen, han descubierto un gusano marino que carece de boca, estómago e intestinos, e incluso de una función renal que pueda pasar por tal: todo lo confía a la flora bacteriana del interior de su cuerpo. Los investigadores señalan la llamativa capacidad de regresión que esta especie ha experimentado. Otros dirían que se ha des-ontologizado. ¿Podría tener uno de mascota para que me inspire y me dé lecciones sobre el futuro?